Dan Bucknell

Executive Director at Tusk

14th November 2016

La lucha contra el comercio ilegal de fauna salvaje

El comercio ilegal de fauna salvaje (IWT, por sus siglas en inglés) se ha convertido en el cuarto delito transnacional más lucrativo tras el narcotráfico, el tráfico de armas y el de seres humanos. Con un volumen de negocio que ronda los 20.000 millones de dólares al año, el tráfico de animales es una amenaza para la seguridad internacional, las soberanías de los estados, las comunidades rurales cada vez más empobrecidas y un sinfín de animales, desde elefantes y rinocerontes a leones y pangolines.

Con el propósito de abordar este problema, Tusk tiene en marcha en estos momentos dos proyectos clave en África, fundados ambos por el Gobierno británico a través del fondo IWT Challenge Fund. Hasta la fecha, 89 guardas o rangers procedentes de cuatro zonas protegidas han pasado la formación especializada inicial sobre cómo localizar e interceptar directamente a los cazadores furtivos antes de que alcancen sus objetivos. Mientras tanto, 11 oficiales administrativos procedentes de ocho zonas protegidas han recibido formación experta en recopilación y análisis de información. También se va a crear una red para compartir información entre las zonas protegidas, muchas de las cuales son parte de la red de Parques Africanos, el principal socio del proyecto.

El segundo proyecto es en colaboración con la Fundación de Conservación de Uganda y otros interesados y se centra en intentar dejar atrás el papel que hasta ahora viene desarrollando Uganda como central de tránsito del comercio ilegal de la fauna salvaje, así como también acabar con cierta caza furtiva que se da dentro del país mismo. Este proyecto está logrando identificar y reducir los factores que empujan a la gente de las comunidades rurales empobrecidas del Parque Nacional de Murchison y del de Queen Elizabeth a cometer delitos contra la fauna salvaje. Se están desarrollando en ambas zonas jardines de alimentos comunales con la idea de desarrollar opciones sostenibles que puedan constituir un medio de vida, así como también se están introduciendo medidas para prevenir el conflicto entre seres humanos y animales  de cara a mejorar las relaciones entre las comunidades rurales y las personas que se dedican a proteger los parques. Además, 40 agentes de inteligencia han recibido formación dirigida a la gestión de información y recopilación de datos. Gracias a esto, ya se han llevado a cabo detenciones muy significativas y se han mejorado las técnicas de persecución.

En general, Tusk da apoyo a patrullas anti-furtivos formadas por alrededor de 450 guardas de caza mayor, que participan en 30 iniciativas dirigidas por las comunidades afectadas en diez países distintos, desde Malí a Zimbabue, superando con éxito la amenaza que suponen los cazadores furtivos en muchas de estas zonas. También damos apoyo a muchas iniciativas internacionales para garantizar que se toman más medidas encabezadas por gobiernos de cara a acabar con el tráfico de animales. En este sentido, vamos a acudir a la Conferencia de Hanói sobre el comercio ilegal de fauna salvaje, siendo optimistas respecto a que la misma desarrolle el impulso que han supuesto las recientes conferencias de IUCN y CITES  para la lucha contra este comercio ilegal. En concreto, esperamos que la conferencia consiga lograr un mayor compromiso para mejorar el cumplimento de la ley y endurecer las penas impuestas a los delincuentes condenados por comerciar ilegalmente con la fauna salvaje y productos relacionados con la misma.